Sobre nosotros

Desde muy pequeño, Caín sentía pasión por el fútbol. No solo por el juego en sí, sino por todo lo que lo rodea: el olor a césped mojado, el repiqueteo de los tacos en el vestuario, la tensión antes del saque inicial. El fútbol es el deporte que une, y una cosa estaba clara: Caín quería formar parte de ello.

Como tantos otros, empezó con el sueño de convertirse en futbolista profesional. Pero pronto quedó claro que su talento no era tan extraordinario como su pasión. Así que se quedó en los partidos de los domingos con un equipo de amigos.

Sin embargo, hubo algo que nunca desapareció: las ganas de hacer más con el fútbol. De no estar solo en la banda, sino también de participar. De aportar algo. De cambiar algo.

Y esa oportunidad llegó, inesperadamente, durante un proyecto escolar.

De la frustración a la idea

Para el proyecto, Caín tuvo que redactar un plan de negocio. No se trataba de una tarea teórica cualquiera, sino de algo que lo tocaba personalmente. Sus pensamientos fueron directamente al campo: suelas que se rompían, botas que no aguantaban ni una temporada. Cada vez había que comprar unas nuevas. Cada vez, la misma decepción.

Y se preguntó: ¿Por qué aceptamos esto como si fuera normal?

Así nació la idea de unas botas de fútbol que no se rindieran antes que tú. Botas construidas para la durabilidad, no para la ganancia rápida. Solidez antes que marketing. Diseño sin artificios.

La idea fue presentada, obtuvo la máxima calificación, pero lo más importante: se quedó grabada. No se sintió como un trabajo escolar. Se sintió como el comienzo de algo más grande.

A través de internet, Caín entró en contacto con Buddy, un intermediario de Vietnam que podía ponerlo en contacto con fábricas adecuadas. Poco después tomó un avión rumbo a Ciudad Ho Chi Minh. Lleno de expectativas, con bocetos bajo el brazo y una idea que no lo soltaba.

Junto a Buddy recorrió fábrica tras fábrica, en busca de un socio que lo entendiera. Unos meses más tarde llegaron las primeras muestras.

Y eran… terribles. La calidad estaba muy lejos de lo que debía ser.

¿Rendirse? Ni un segundo.

Caín volvió a la mesa de diseño. Un nuevo fabricante, mejores materiales, otro enfoque. Meses de pruebas. Ajustes. Nuevas pruebas.

Hasta que llegó el momento en que todo encajó: la primera bota Passy que cumplía con todos los requisitos y estaba lista para el campo.

Y entonces, en una suave tarde de martes, en febrero de 2025, llegó la primera entrega.

Una furgoneta dobló la esquina, se abrió la compuerta y allí estaban. Cajas llenas. Botas Passy completamente nuevas. Ya no eran un prototipo, ni un boceto en papel, ni un sueño en la cabeza, sino un producto real. En nuestras propias manos.

¿Un sueño? Sí.

Pero uno por el que se ha trabajado muy duro.

Lo que hace diferente a Passy

Passy es la única marca de botas de fútbol de origen neerlandés.

Y eso se nota. En cómo pensamos, cómo diseñamos, cómo entregamos.

Nuestras botas están construidas con la misma visión que nos define como marca: acompañarte. No por un momento, sino por mucho tiempo. Para que compres unas nuevas solo cuando tú lo decidas, no porque tengas que hacerlo.

La suela no está solo pegada, sino además reforzada al empeine con una estructura de pines y doble costura. Así se mantiene firmemente sujeta, incluso con un uso intensivo. El empeine es resistente al desgaste y, a la vez, flexible: diseñado para ofrecer durabilidad y comodidad en un solo producto.

Sin modas pasajeras, sin colores que se esfuman rápidamente. Simplemente una bota que hace lo que necesitas, con un estilo que se distingue de la multitud. No creada para la tendencia, sino para el juego.

Para quién lo hacemos

Passy está para el delantero que, a sus 38 años, todavía lo da todo.

Para el centrocampista que el domingo prefiere jugar dos veces.

Para el defensa que conoce a su rival por su nombre.Para quien juega con pasión, sin importar el nivel.

Ya sea que juegues en categorías amateurs o en estadios llenos: en Passy eres parte del equipo.

Bienvenido a Passy FC.

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